CAPÍTULO 7: Relaciones laborales en la agricultura
El sector agrícola emplea a unos 10 millones de trabajadores en la UE y representa alrededor del 1,4 por ciento del PIB (2022). Su tamaño relativo en el PIB y el empleo total, así como la estructura del sector y sus principales productos, varían entre los Estados miembros, pero es estratégicamente importante para todos los países.
En términos de operaciones empresariales y condiciones de trabajo, la agricultura es un sector muy diverso, que incluye explotaciones familiares y empresas muy pequeñas, así como grandes empresas nacionales y multinacionales.
En la mayoría de los países predominan las pequeñas explotaciones familiares, que solo emplean a miembros de la familia o, además, a un número reducido de temporeros. Según Eurostat, en 2016 nueve de cada diez trabajadores agrícolas de la UE eran los propietarios de las explotaciones o sus familiares.
Sin embargo, en todos los países existen también grandes empresas agrícolas. El marco jurídico sobre la participación de los trabajadores en la mayoría de los países se aplica únicamente a las empresas más grandes, que suelen representar solo una pequeña minoría del empleo total en la agricultura.
Las relaciones laborales en la agricultura se caracterizan por una elevada proporción de condiciones de trabajo precarias e incluso ilegales, especialmente en el caso de los trabajadores temporeros y migrantes, que representan una parte significativa de su empleo.
Las condiciones laborales son muy diversas, pero el trabajo suele ser físicamente exigente y estar influido por las condiciones meteorológicas, la estacionalidad y el nivel de mecanización.
La agricultura registra más accidentes y enfermedades laborales que la mayoría de los demás sectores, entre otras razones por el intenso esfuerzo físico, el uso de maquinaria y productos químicos y la exposición a elementos naturales.
En la mayoría de los países existen sindicatos y asociaciones patronales en el sector, y son los principales interesados en la participación de los trabajadores. También existen otras organizaciones, como cámaras, asociaciones y cooperativas, que representan los intereses de los productores agrícolas.
Debido a la estructura del sector y a sus condiciones de empleo, la agricultura tiene un bajo índice de sindicación en comparación con los sectores industrial y de servicios.